LO PRIMERO FUE SUDAR Y ENSUCIARSE LAS MANOS

En 2010, antes de tener una tostadora, una cafetería o un logo, la familia de Miguel —fundador de D·Origen Coffee Roasters — compró una finca en Panamá. En Altos del Colorado, junto al volcán Barú. Sin plan de marca, sin estrategia digital. Solo tierra, niebla, cafetos… y muchas ganas de aprender.

Dos años más tarde, esa experiencia se convirtió en visión. Y nació D·Origen Coffee Roasters. Porque después de ver cómo nace el café, ya no puedes tratarlo igual.

BARÚ BLACK MOUNTAIN FUE NUESTRA ESCUELA

Barú Black Mountain fue más que una finca, fue la escuela donde todo comenzó. Aprendimos a cosechar, a esperar, a entender los ritmos de la planta y a trabajar con las familias Ngäbe, expertas en leer la montaña.

Tostábamos en España pero teníamos la ventaja de haber estado en el terreno. Y eso marca. Sabes el trabajo que conlleva cultivar un buen café. Conoces a la gente que lo hace. Eso te lleva a tostar con honor.

CON LA MISMA RAÍZ PERO DIFERENTES RAMAS

Hoy seguimos en las laderas del volcán Barú. Nuestra historia en Panamá continúa en Finca Santa Teresa, también propiedad de la familia y situada en la cloud forest junto al Parque Nacional La Amistad.

Es una finca de altura —literal y figurada— reconocida por sus lotes premiados, sus procesos cuidados y su compromiso con la sostenibilidad. Aquí cultivamos nuevas variedades, desarrollamos microlotes y seguimos tomando decisiones desde dentro.

Porque cuando tus raíces están en origen, el crecimiento es parte natural del camino.

NO APRENDIMOS ESTO EN YOUTUBE


Hay cosas que no se enseñan en vídeos ni en manuales. Como cuándo una cereza está en su punto, cómo se seca el café en camas africanas o qué ocurre cuando la niebla sube por la ladera… bueno, eso todavía no lo sabemos del todo, pero lo vivimos. Y se nos quedó grabado.